Tras andar unos metros sobre la tierra mojada rodeadas de bosque, tres perros muy guapos nos dieron la bienvenida. Habíamos llegado a la casa de campo en que se iban a hacer las fotos.

En el salón se improvisó un camerino: Laura peinó y Carol maquilló a los siete pequeños modelos hasta dejarlos en su punto. Ya preparados iban pasando al perchero de Vega, donde se les vestía, mimaba y calzaba. Bojan , el responsable de imagen, daba un último visto bueno siempre al resultado.

Los niños iban saliendo al aire libre a dejarse fotografiar por la cámara artística de Esperanza Moya, a quien ayuda Roberto.  Posaron de mil formas: con animales, en una barca, “peleando” en el pajar, tumbados sobre una manta en la tierra… Rieron, jugaron, convirtieron el trabajo en pura diversión y en ningún momento se quejaron de cansancio. Los niños formaron una gran pandilla. Lo podréis ver en los vídeos que filmaron los realizadores, otro equipazo.

Ya de noche tuvimos que salir hacia Madrid y hacer el recorrido de curvas rumbo a la estación. Una de las niñas, como necesita concentrarse en el próximo campeonato de natación (es una de las mejores nadadoras de Madrid) no puede ponerse triste. Pero mi peque solo pensaba en volver atrás.

Gracias a todos los nombrados y los no nombrados. Y por supuesto a Sugar Kids que siempre nos cuida desde las oficinas.

Fue un día inolvidable.

Las madres de 2 Sugar Girls